El tiempo...¿cura?

Dicen que el tiempo lo cura todo, que la calma siempre llega cuando menos te lo esperas, pero la verdad es que cuando estás inmerso en un huracán de emociones no eres capaz de asomarte a ese futuro esperanzador. 

Aunque a veces la calma llega, de manera efímera y probablemente más fugaz de lo que nos gustaría. Esa quietud está en el centro del huracán, ahí donde dice la ciencia que no hay nada, ni vientos, ni tormentas, ni nubes.  Ese ojo, ese pequeño agujero de tranquilidad puede llegar a tener unos 30 km de diámetro, suficiente para encontrar en él un buen lugar desde el que ver cómo todo gira a nuestra alrededor.
No es el tiempo el que lo cura todo, el tiempo no cura absolutamente nada, solo diluye los recuerdos. Somos nosotros mismos los que sanamos nuestras heridas adaptándonos a nuevas etapas, reinventándonos continuamente, superando obstáculos que antes creíamos insalvables, huyendo de los huracanes, corriendo en otra dirección...

Tú eras el huracán, y yo la alta 
torre que desafía su poder. 
¡Tenías que estrellarte o que abatirme...! 
¡No pudo ser!

Gustavo Adolfo Bécquer

@Ohihane

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